Si algo sobró en la Jornada Médica organizada por el Instituto del Deporte Tachirense y la gobernación del estado Táchira fue voluntad y ganas de demostrar que a pesar de la crisis, el personal no se arrugó con el compromiso.
Desde tempranas horas de la mañana anterior a las jornadas pudimos observar algunos rótulos indicando las áreas donde se iban a atender a los atletas. Luego el movimiento del mobiliario, el ajetreo por las escaleras y aunque ustedes no lo crean, las sonrisas dibujadas en el rostro de algunos, metiéndose la mano en el bolsillo para colaborar con la comida.

Eso no sucedió, pues luego de la dura jornada, sonaron clarines y timbales dándole paso a la papa que sorpresivamente calmó la angustia de todo el personal que estuvo ofreciendo sus servicios profesionales por la causa del deporte tachirense. Hubo café, mandarinas, naranjas, bananos, arepas y arroz con pan. Antes repartieron la aguapanela que acompañaría al plato principal, cosa que fue vista como el único error de este voluntariado que junto a las autoridades del Instituto del Deporte Tachirense, se apuntaron un batacazo en estas jornadas donde lo gratificante fue oír: “Bueno, tenemos que volver porque en otros lados no nos han atendido como aquí".
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