Movilizar al personal obrero ha sido uno de los obstáculos más difíciles de esquivar pero, una vez que llegan al sitio de trabajo el ánimo se exalta, entonces empieza a correr la brocha. |
Adaptarse a los cambios que impone la cuarentena también
forma parte de las pericias de la gobernabilidad en tiempos de pandemia. Con escasos
recursos y obstáculos a granel los institutos descentralizados del gobierno
regional siguen participando en las actividades de rescate del casco de la
ciudad y en el remarcaje de los pasos peatonales.
Mientras los escenarios deportivos entran en pausa, el
plantel de infraestructura del Instituto del Deporte Tachirense se amolda a las
exigencias y tiende una mano de pintura a San Cristóbal a lo largo y ancho de
la Quinta Avenida donde la penumbra de la crisis hacía más angustiante el
desenvolvimiento de los citadinos.
"Hasta aquí van 60 metros y lo que falta", dice un integrante de la cuadrilla del IDT. |
“Una mano de pintura no soluciona todos los problemas, pero
alegra la vista y convoca a quienes transitan por estos espacios a mantenerlos
lejos de las tentaciones de lanzarles basura o seguirlos deteriorando”, manifestó
un transeúnte que aprobó el trabajo que vienen desplegando los obreros de
infraestructura del IDT.
Aunque parezca exageración, resaltar una actividad que, en
condiciones de normal desempeño, pasara como una más del día a día
institucional, en tiempos de pandemia y, sobre todo en Venezuela, donde la
escases de gasolina, los bajos incentivos laborales y las trabas de todo tipo
juegan para el equipo contrario, la situación adquiere ribetes de sacrificio o
hazaña.
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