Yulimar, gran favorita para disputar el oro olímpico contra la actual campeona, la colombiana Catherine Ibarguen, tuvo problemas logísticos para llegar a la capital nipona, por tanto fue sustituida en el desfile por la judoka Karen León que junto al karateca Antonio Díaz encabezaron la delegación nacional.
El combinado criollo compuesto por 31 hombres y 13 mujeres, lució un traje azul y mucha determinación y entusiasmo desde el mismo momento que ingreso al estadio nacional de Tokio, que fue construido sobre los mismos terrenos que ocupó el estadio nacional donde se celebraron los Juegos Olímpicos de 1964 y que tiene una capacidad para 68.000 espectadores que hoy no estuvieron en sus asientos.
Fue una ceremonia sobria que en muchos de sus pasajes hizo reconocimientos a los miles de sanitarios que se ubican en el primer frente de lucha contra la pandemia. Sin duda, el mayor de ellos, el penúltimo porte de la antorcha que correspondió a una pareja de enfermeros quienes definitivamente la entregaron a la tenista Naomi Osaka, otro de los secretos bien guardados de la ceremonia, para que encendiera el pebetero.
Se calcula que más de 11.500 atletas de 202 comités nacionales estarán compitiendo en las 50 disciplinas aprobadas para los juegos olímpicos de Tokio. A estos se une la delegación de refugiados, atletas que competirán bajo la bandera blanca procedentes de países donde sus gobiernos no les garantizan su integridad personal, entre ellos está el boxeador venezolano Eldric Sella Rodríguez.
Venezuela cifra sus esperanzas en el salto triple con Yulimar Rojas, el karateca Antonio Díaz, el corredor de BMX Daniel Dhers y el pesista Julio Mayora. También espera por sus revelaciones Paola Pérez en aguas abiertas y Karen León en judo. La delegación nacional es una de las menos numerosas desde los juegos de Atlanta 96 cuando inscribió 39 atletas.
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