lunes, 7 de octubre de 2019

"ERAMOS FELICES Y NO LO SABIAMOS"

Los muchachos toman riesgos
con tal de proveerse del alimento
 La añoranza por los tiempos idos es tema recurrente en los encuentros de las colas de gasolina, en los supermercados y en los sitios de trabajo de los pocos sancristobaleneses que aún se resisten a dar el paso que los conduzca fuera del país . También en las esquinas y en las paradas de autobús se hace el ejercicio y la frase nostálgica de “éramos felices y no lo sabíamos”. 
Entre los gritos que brotan del calentamiento que hacen los boxeadores que asisten al Campeonato Nacional de la categoría cadetes, es común oír las dificultades confrontadas por gran número de las delegaciones que se encuentran alojadas en las Villas deportivas de Pueblo Nuevo para que sus muchachos tengan una alimentación aproximada al gasto energético exigido por la competencia. 
Hace pocos meses se habilitaba el comedor olímpico y se les despachaba el menú que, vendido o subsidiado, garantizaba la alimentación de los deportistas, tan esencial en esta etapa de formación y crecimiento. “Éramos felices y no lo sabíamos”. La frase parece retumbar en los oídos de todos, ya no como consuelo, sino como indignación por las dificultades que tienen que atravesar nuestros muchachos en una competencia donde el Ministerio del Deporte debe garantizarles, por lo menos, el alojamiento y la alimentación. 
Los árboles que circundan las villas
se quedaron sin palos secos 

Al final se consigue la leña
para calentar el fogón. 
El torneo inició el jueves y, desde ese entonces se han visto a los peleadores cargando bolsas de víveres y legumbres para asegurarse su sustento diario. El punto de ebullición ocurrió este lunes cuando fueron captados algunos integrantes de una delegación subidos a los árboles que circundan las villas deportivas, partiendo chamizos secos para hacer un fogón que les permitiera cocinar unos granos, porque es la única proteína que pueden consumir. 
Las 20 finales programadas por la Federación Venezolana de Boxeo se disputarán este martes y los delegados buscan afanosamente los pasajes para viajar a sus respectivas regiones. El epilogo de esta experiencia quedará grabada en la mente de cada boxeador que seguramente preguntará a sus padres si ese tiempo de que hablan existió alguna vez en el deporte venezolano.

 

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