El Deporte une IDT CELEBRÓ EL DIA DEL TRABAJADOR CON UNA BIENVENIDA

La pose para  el recuerdo muestra a gran parte del personal del IDT que participó en el homenaje a los trabajadores  junto al expresidente Pedro Pabón y el presidente en funciones Ismael Carreño.  

El deporte une. La frase quedó afirmada, una vez más, el pasado viernes, en el marco de la celebración del Día del Trabajador cuando el personal del Instituto del Deporte Tachirense celebró la presencia del expresidente de la institución Pedro Pabón Moncada en el agasajo que la directiva del IDT brindó a toda su plantilla laboral. 

Todos disfrutaron del suculento sancocho
preparado para festejar el 1 de mayo.

No es muy usual este tipo de visitas en la administración pública. Sin embargo, y para bien de la institución, el mismo presidente en funciones, Ismael Carreño, fue el encargado de brindar  las atenciones e invitar al expresidente a departir con todos los trabajadores el suculento sancocho preparado por la tropa de mujeres y hombres, bajo la rigurosa mirada de Hungría Hómez. 

Juegos, chistes y miradas. De cuando en vez, un chismecito para dar sentido a la jornada seca y extenuante del lleve la olla y ponga el agua. Del pele la yuca y lave la papa. Échele leña que el reverbero no calienta. En fin, de un previo de situaciones que culminaron con las transferencias por el banco superior y el trajinar de las tazas, anunciando el final de la espera. 

El redoble de raciones fue una de las cosas que más llamó la atención. Algunos triplicaron demostrando que cuando hay de sobra se puede dejar de lado esa pena que acogota el estómago. 

La celebración terminó extramuros con el compromiso de levantarse temprano para cumplir con la agenda trazada por la gobernadora donde se indicaba la entrega de 4 canchas deportivas totalmente remodeladas en los municipios Ayacucho, Panamericano y Simón Rodríguez. 

En el umbral del acto la administración equipó a cada uno de los trabajadores con un kit de emergencia para sofocar las llamas del  fuego hogareño. Harina Pan, pasta, arroz y otra harina tapa amarilla estaban dispuestas como la llave que impedirían cualquier intento de alteración por parte de quienes no entienden que el deporte une y, a veces, por más tiempo de lo permitido.